Poder. Empoderarte, tu mejor versión, salir de la zona de confort…y una larga retahíla de términos que suenan a humo…y más cuando al final de todas ellas aparece la palabra coaching.

Mi nombre es Carmen Pastor y soy una de esas que nos etiquetan como “vendedoras de humo”

Desde hace 8 años me dedico de manera profesional al desarrollo personal, el liderazgo, y la formación y dirección de equipos de alto rendimiento. Pero es este año cuando he podido testar la verdadera efectividad del coaching en la vida de las personas.

Desde hace unos meses convivo a diario con una palabra atroz, cáncer. El Cáncer, en mi caso de mama.

En estos momentos en los que la vida se te pone patas arriba es cuando de verdad puedes hablar con cierta solvencia de las cosas.

El otro día una buena amiga me pedía que pusiera en palabras, en un post, de que manera concreta me había ayudado el coaching a afrontar el cáncer. Para ella era importante que fuera, una sola cosa, que fuera concreta y que fuera fácil de explicar y por lo tanto de entender. Y además me habló de afrontar, no de luchar, no de sobreponerme, no de batallas, de afrontar.

Me pareció un bonito reto, y de aquel reto, estas líneas.

Después de darle vueltas creo que la principal herramienta que me aporta el coaching es la RESPONSABILIDAD. Es de las primeras cosas que aprendes como COACH y también como cliente. El reparto de “marrones” está claro desde el principio, a cada uno le toca el suyo y es así por una sencilla razón, porque no son marrones, son oportunidades, oportunidades de aprender, de crecer, de madurar, de decidir, de afrontar…

Si partes de esta premisa el resto del camino está claro, no hay vuelta atrás, no tienes más opción que decidir. Pero todo nace de esa primera certeza, de esa primera fe ciega en que la vida es tu vida, de nadie más y si es tu vida y no es da nadie más las cosas que pasan en ellas son para ti y no para nadie más y solo tu puedes responder de ellas porque solo tu tienes la HABILIDAD para RESPONDER ( ves el juego de palabras?) La responsabilidad pasa de ser un sinónimo de marrón y empieza a ser una habilidad, una habilidad que solo tu posees para responder a una circunstancia que solo a ti te afecta.

Así que sí, lo más importante que me ha aportado el coaching tanto profesional como personalmente es la comprensión profunda de la responsabilidad. El resto viene dado, y es inherente a ello.

Sentirte poderoso es inevitable cuando sientes que tienes la capacidad de actuar. Ya no eres víctima de lo que te ha pasado sino que sabes que tienes un papel relevante en ello, ya no sirven excusas, ni lamerse las heridas de manera interminable, porque sabes dentro de ti que más tarde o más temprano las cosas sólo tu puedes cambiarlas, ya no te sirve estar tirado en el sofá con tu móvil en la mano mientras despotricas sobre las causas probables de tu actual situación de mierda, ya no tienes a quien culpar, porque no hay culpables, hay elecciones… y quien no se siente empoderado con esta perspectiva.

Sentirte empoderado no significa no tener miedo, no estar triste, no reir de manera histriónica cuando ya no sabes que otra cosa puedes hacer, no significa no sentirte pequeñito o insignificante, se trata precisamente de sentirte todo esto y saber que aun en la mayor de las oscuridades tu eres el ser más poderoso para esa circunstancia, no hay otro héroe que pueda hacer lo que tu puedes hacer en ese escenario.

En ese instante comprendes que eres, como nos recordó Mandela, nombrando el poeta Invictus de William Ernest Henley, “Dueño de tu destino, Capitán de tu alma”

Lo bueno de todo esto es que la Responsabildiad es una manera de vivir. Estaba conmigo antes del diagnóstico y seguirá conmigo después de mi alta, está conmigo el día que no la asumo y el día que la abrazo con fuerza para tomar decisiones nimias como por ejemplo, que me pongo, que como o a que dedico mis horas de trabajo o de ocio, está conmigo cada vez que decido enfadarme ante algo que ha hecho otra persona o reirme a carcajadas apartando todo aquello que decido que no sea relevante, está conmigo en la vida que vivo con sentido, y está también en la que vivo inconscientemente.

La responsabilidad es la única manera real y segura de afrontar la vida, de vivirla y de cogerla bien fuerte para que no se te escape entre los dedos.

Es concreta, es sencilla, sirve para todo y me la ha enseñado el coaching. Así que ahora puedo decir alto y claro, que esto del coaching no es humo, porque el humo se esfuma cuando vienen brisas torcidas y mi responsabilidad me está sujetando a la vida como nunca podría haber imaginado.

Invierte en ti, estás aquí para aprender, es la única manera de que tu vida sea maravillosa pase lo que pase en ella.