Cuando nacemos nuestro cerebro es como un terreno totalmente virgen e inexplorado. Es los que llamamos un cerebro flexible.
En el post de hoy te vamos a enseñar que hay detrás de nuestros comportamientos recurrentes y como esto afecta a la zona de confort de la que hablamos en el post de la semana pasada.
La pnl es una disciplina que nos permite conocer la parte inconsciente de nuestro cerebro que explica una parte importante de nuestros comportamientos. De este modo podremos elegir conscientemente cuales de estos comportamientos son útiles en el presente y cuales debemos ya desechar por estar fuera de lugar.
Lo primero que necesitas saber es
¿Qué es un surco neuronal a efectos prácticos?*
Lo explicaremos con un ejemplo. Cuando un niño nace experimenta sensaciones que nunca antes había vivido.Eso le genera inseguridad, incomodidad, angustia… El niño aun no es consciente racionalmente de todo esto pero se da la siguiente patrón.
Nace, estimulo externo, y nunca antes había estado fuera del vientre de su madre y nota frío, contacto de otras personas, movimientos por ese contacto, ruido, luz… En definitiva una serie de estímulos que le llevan a una sensación que vamos denominar Incomodidad. Ya ha creado una “caja” en la que irá metiendo todo aquello que se parezca a “incomodidad”.
Nuestro cerebro es asociativo.
Tras esto y como respuesta adaptativa al medio utiliza o desarrolla ( como en este caso ) un recurso para realizar una acción. En este ejemplo el recurso es el llanto y espera una respuesta, un feedback a su acción, un resultado de esta combinación. Ese resultado es positivo en caso de haber sobrevivido al estímulo y negativo en caso de haber sufrido algún daño. En caso de que la incomodidad cese el recurso ha quedado validado y nuestro cerebro pasará a utilizarlo tantas veces lo necesite. Este proceso posterior de afianzamiento se realiza de manera inconsciente y es ahí donde está el verdadero “peligro” de estos surcos neuronales.
Que permiten a nuestro cerebro estar el mayor tiempo posible en piloto automático
Imagínate a este bebé que con el tiempo se hace adulto y nadie le ha guiado en su educación a desarrollar nuevos recursos. ¿ Te lo imaginas con 40 años llorando cada vez que su jefe le pide que haga algo que le resulta “incómodo? Ridículo ¿verdad?
Piénsalo detenidamente, el ejemplo está exagerado, pero piénsalo por un momento.
Cuanta gente conoces que con 40 años sigue siendo el gracioso, o el macarra o el tímido o el mentiroso….
Ninguno de ellos es consciente de que su comportamiento es fruto de un surco neuronal que se validó en el pasado pero que a día de hoy no es adecuado, ni útil y que por el contrario es muy probable que le esté impidiendo avanzar.
Si unimos todo esto con la zona de confort de la que hablábamos la pasada semana y con conocer el estado deseado lo que conseguiremos es acercarnos a las verdaderas razones por las cuales nos comportamos como lo hacemos.
Porque nos cuesta tanto cambiar.
Por que salvo que obliguemos a nuestro cerebro de manera consciente a buscar soluciones diferentes a las situaciones dadas él tenderá a utilizar siempre los caminos aprendidos.
La razón es que la principal función de nuestro cerebro es que SOBREVIVAMOS, y en cualquier cambio, por pequeño que sea percibe una incertidumbre de vida.
Te invito a que realices la siguiente reflexión y el siguiente trabajo de consciencia.
Piensa en las cosas habituales de tu día a día. Como realizas tus tareas por la mañana? Siempre en el mismo orden? Por dónde vas al trabajar? Siempre por el mismo sitio? En que orden haces la compra? Empiezas siempre por los mismos stands?
No hace falta que sigas. Acabas de ser consciente de la cantidad de horas que pasas al día “desconectado”.
Nos cuesta cambiar porque nuestro cerebro quiere mantenerte en este estado. En este estado eres “menos peligroso” según su percepción para tu propia supervivencia.
Como revertir este efecto. DESPIERTA. Empieza a entrenar, a desentumecerte.
Empieza por poner consciencia a lo largo del día, en poner verdadera atención en cada cosa que haces.
Un buen truco es a través de la descripción de las acciones que realizas. Hazlo internamente, apóyate en los sentidos, en percibir el tacto de los objetos que tocas, en su peso…Mira a los ojos a las personas que te están hablando, deja lo que estás haciendo y mírales a los ojos…
Y sobre todo trata de preguntarte para qué haces las cosas como las haces y si pasaría algo por hacerlas de otro modo.
Como advertencia final te diré que tengas cuidado, DESPERTAR no siempre es cómodo.
Salir de la zona de confort, no siempre es confortable, elevar tu nivel de consciencia conlleva una gran responsabilidad.
Lo que sí está claro es que un Líder jamás lo será si permanece en esta zona oscura ya que sólo podrá ver una realidad. Su realidad
Y ahora te pregunto.
¿Qué “pastilla” quieres tomar?
¿La de vivir tu vida con consciencia? o ¿prefieres seguir viviendo más “cómodo”?
*aquí hacemos un paréntesis, pedimos disculpas a los estudiosos del cerebro humano ya que somos conscientes de que científicamente la explicación que vamos a dar no es estrictamente fiel pero el ánimo es entender el funcionamiento para el desarrollo personal