Todo aquel que ha oido hablar de coaching, más tarde o más temprano se da de morros con la zona de confort.
Los que conocéis nuestro trabajo sabéis que somos bastante críticos con este concepto ya que creemos que se ha convertido en la panacea que soluciona todos los problemas y no es así.
En este post te vamos a explicar, ¿Qué es?, ¿Por qué es tan complicado salir de ella?, ¿Que es realmente salir de la zona de confort? y Cómo tomar decisiones sobre cuando salir y cuando quedarse en la zona de confort.
Una de las razones principales de que exista la zona de confort la encontramos en la Inteligencia Emocional y la otra razón fundamental en la Neurociencia. ( esto lo trataremos en el post de la próxima semana)
¿Qué es la zona de confort?
La zona de confort es un estado físico, emocional y sobre todo mental, es decir, referentes a la personalidad, que da la sensación al humano de tener el control de las circunstancias y por tanto de la incertidumbre. Se compone tanto de características físicas, tu casa, tu trabajo, tu familia, tus amigos, tu manera de relacionar todo esto y las sensaciones que provoca en ti (emocional) y la estabilidad o incluso del grado de inestabilidad mental que da como resultado.
El tema es que la zona de confort NO SIEMPRE ES CONFORTABLE y es aquí donde empieza la oportunidad del proceso de cambio ( eso lo veremos mas adelante cuando trabajemos el proceso de cambio)
Ahora bien la siguiente pregunta que nos interesa responder es
¿Por qué es tan complicado salir de ella?
Casi lo hemos contestado ya en anterior apartado. Lo que hace tan complicado que rompamos con patrones establecidos en cierto modo es nuestro cerebro emocional. El es el que controla los sentidos y todo lo referente a ellos, es el que nos permite percibir el mundo y es por tanto el que conecta de alguna manera cuerpo físico y mente.
A través de la Inteligencia emocional podemos gestionar racionalmente nuestra zona de confort pero para ello debemos tener un conocimiento amplio y vivencialmente de nuestra inteligencia emocional.
En caso contrario estamos atrapados en una serie de patrones aprendidos ( Neurociencia: Post de la semana que viene) que nos llevan a regresar a la zona donde las sensaciones, las emociones y los pensamientos son conocidos y controlados y donde la supervivencia de ese humano está, según sus creencias, asegurada.
El refranero español es muy rico y nos regala refranes que lo explican sin lugar a duda. “Vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer” o su hermano gemelo, “virgencita que me quede como estoy”. Traducido a lo que nos ocupa sería algo así como quédate en tu zona de confort que fuera no sabes si podrías incluso morir.
Y este es el miedo (emoción) que usa nuestro cuerpo emocional para convencer a nuestro cuerpo mental (neuro) de que sigamos en esa zona de confort haciendo lo mismo a diario.
¿Qué es salir realmente de la zona de confort?
Si estás decidido a cambiar cosas en tu vida has de tener claro este punto y empezaremos por explicarte que NO es salir de la zona de confort, o al menos que no lo es en exclusiva.
NO es salir de la zona de confort dejar tu trabajo, dejar a tu familia, vender tu casa, donar todos tus bienes y salir con una mochila rumbo a Tailandia haciendo dedo con el ánimo de reencontrarte y saber quien eres para desarrollar tu mejor versión. Esto es ser temerario, inconsciente, irresponsable y a la acción no la llamaría yo salir de la zona de confort sino huir o suicidarte.
Salir de la zona de confort implica que nuestro cuerpo mental empiece a conocer, vivir y manejar las emociones al servicio de unos objetivos alineados con tus valores y tus principios y atreverte a vivir de manera comprometida con ello a largo plazo para lo cual se requiere un plan de acción.
Salir de la zona de confort puede implicar por tanto, seguir en el mismo trabajo, la misma casa, la misma familia, el mismo coche, la misma ciudad, los mismos amigos, las mismas actividades y hacerlo desde una energía radicalmente diferente.
Así que si quieres saber
Cómo tomar decisiones sobre cuando salir y cuando quedarse en la zona de confort
Empieza por conocer cual es realmente tu zona de confort. Para ello te recomendamos que leas nuestro post de la semana pasada sobre el estado actual, que no es más que tu zona de confort.
Una vez que hayas analizado con la Rueda de Vida tu estado actual